junio 27, 2009

84 / Wabi-sabi

Wabi-Sabi es una expresión difícil de definir. Profundamente arraigada en la cultura japonesa, Wabi-Sabi corresponde a la belleza de las cosas imperfectas, mudables e incompletas. En Wabi-Sabi todas las cosas son imperfectas; todas las cosas son impermanentes; todas las cosas son incompletas.
Concepto central de Zen, Wabi-Sabi considera que en los detalles que se pasan por alto
suele encontrarse lo extraordinario y que la verdad proviene de la observación de la naturaleza (Wabi corresponde a la belleza de las cosas imperfectas, simples, naturales y Sabi a la pátina que las cubre con el paso del tiempo).
En Wabi-Sabi la belleza es algo que ocurre entre Uno y otra cosa en una situación, circunstancia o contexto. Es un acontecimiento dinámico que se produce entre uno mismo y algo más. Que puede aparecer espontáneamente en cualquier momento en el que se den las circunstancias, el contexto o el punto de vista adecuados. La belleza constituye, pues, un estado de alteración de la conciencia, un momento extraordinario de poesía y gracia. Wabi-Sabi corresponde a la belleza de las cosas modestas o no convencionales e históricamente, tiene su expresión más acabada en la ceremonia del té (sadoo o chanoyu).
La compleja y fina estética desarrollada en torno a la ceremonia del té, en sus aspectos esenciales modelada por Sen Rikyu Soeki, va mucho más allá de cumplir un rol alimenticio o social como en Occidente. En Japón, desde su introducción en el siglo X por monjes zen procedentes de China, el rito del té ha evolucionado hasta influir la caligrafía, el diseño arquitectónico y de jardines, los arreglos florales, la cerámica o la poesía.
D
urante la época de las sangrientas guerras entre estados (1467-1572), se convirtió en símbolo de paz, en un rito en el que se encontraba sosiego tras las jornadas de lucha. De hecho, los samurais debían dejar sus espadas afuera del recinto en el que se practicaba la ceremonia. Plutschow menciona que la ceremonia de té es un ritual sagrado, y también sagrados son el espacio en que se realiza y los utensilios que en él se utilizan. Lo sagrado de la ceremonia reside en la propia asamblea reunida en la casa de té y no en la invocación de dioses. Son los participantes los que se constituyen en sagrados ya que Zen, bajo cuya influencia la ceremonia de té tomó forma, busca lo sagrado no fuera, sino dentro del ser humano.
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La imagen corresponde a un cuenco realizado por Furuta Oribe (1544-1615), uno de los grandes estetas japoneses de la ceremonia del té. Este maestro fue un decidido impulsor de los diseños asimetricos, y diseñaba los utensilios —generalmente en colores vivos, amarillos y verdes contrastados— con mucho vigor.
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En octubre se desarrollará en Tucumán el Congreso Internacional organizado por SEMA (Sociedad Estudios Morfológicos de la Argentina). Siendo el tema central del mismo “Forma y Contexto”, desarrollaremos una presentación sobre las formas del Wabi-Sabi.

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