
abril 04, 2009
73 / Groucho Marx

72 / La belleza interior x Satre Stuelke

+ INFO: http://www.radiologyart.com/
71 / Roland Barthes y la escritura japonesa

“En la escritura japonesa, el trazo, al excluir la tachadura o la corrección (pues el carácter es trazado alla prima) hace inútil la invención de la goma o de cualquiera de sus sustitutos. Todo el repertorio de instrumentos está gobernado por la paradoja de una escritura irreversible y frágil, que es contradictoria y simultáneamente, incisión y deslizamiento: mil tipos de papel, muchos de los cuales dejan adivinar, por su textura granular de paja clara, molida y salpicada de pequeñas briznas, su origen herbáceo. En cuanto al pincel (pasado sobre la barra de tinta ligeramente humedecida), tiene sus propios gestos, como si de un dedo se tratara; mientras que nuestras antiguas plumas no podían hacer otra cosa que aplastarse contra el papel o limitarse a rozarlo, arañándolo siempre en la misma dirección, el pincel se puede deslizar, torcerse, elevarse, desarrollando el trazo, por decir así, en el seno del aire, tiene la flexibilidad carnal, lúbrica, de la mano. El rotulador, de origen japonés, ha tomado el relevo del pincel: este útil no es un perfeccionamiento de la pluma (de acero o de cartílago), sino del pincel con el que se trazaban los ideogramas. Este pensamiento gráfico al que reenvía toda la papelería japonesa (en cada gran almacén hay un escribano público que traza, sobre largos sobres orlados de rojo, la dirección de los regalos en caracteres verticales) reaparece, paradójicamente (al menos para nosotros), hasta en la máquina de escribir; mientras que la nuestra se apresura a transformar la escritura en un producto mercantil, preeditando de este modo el texto en el momento mismo de escribir, la de ellos, por su gran número de caracteres no alineados en letras dispuestas sobre un único frente impresor, sino colocados a lo largo y ancho de un tambor, apela al dibujo, a la marquetería ideográfica dispersa por toda la página, en una palabra, al espacio; la máquina prolonga, así, al menos virtualmente, un arte gráfico verdadero que no sería el del simple trabajo estético sobre la letra aislada, sino abolición del signo, su vigorosa puesta en fuga en todas las direcciones de la página.”
En la Bitácora
Antropos Heuristicon zoon,
Escritura,
Miríada de Miradas
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