marzo 20, 2008
11 / ¿Es esto arte?
El año pasado Guillermo Vargas -que se autodenomina "Habacuc"- presentó como obra de arte un perro famélico atado a una pared. Un grupo de artistas de varios países busca impedir que participe en la Bienal Centroamericana. Según las denuncias, el perro —que se llamaba Natividad—, murió un día después de la muestra. En Clarín, la crítica y galerista Florencia Braga Menendez escribió esta reflexión, breve y filosa:
“La pregunta mas difícil de contestar es la menos importante, en este caso. Este tipo es un imbécil del que no vale la pena hablar y este asunto es sólo otro exabrupto mediatizable, otra vulneración sin dirección del crítico límite entre el delito y el arte. Independientemente de que creo que el arte no es una deidad a la que haya que permitirle todo en virtud de una supremacía, de que el contexto "arte" no disuelve la maldad, independientemente de lo horrendo que me parezca no asistir al pobre perro, esto me parece una nada. O sea, en el mejor de los casos es el típico caso de libre expresión. Y el punto es que no tenemos espacio psíquico ni real para toda la catarsis de la que es capaz la libre expresión del mundo.
Me pregunto si algo podría quedarse fuera de lo exhibible como arte. La respuesta, siguiendo el juicio de los curadores que eligen producciones como la de este ganso, es que cualquier cosa se puede nomenclar como arte. Para mí no. No creo que sea sano destinar un centavo ni unidad de energía a tomar en cuenta la obra de este tipo y la de un montón más de exhibicionistas decadentes. Alguno dirá "por lo menos nos hizo discutir, pone en evidencia algo, denuncia la idiotez de un sistema". Ser idiota no es denunciar idiotez, es enunciarla.”
“La pregunta mas difícil de contestar es la menos importante, en este caso. Este tipo es un imbécil del que no vale la pena hablar y este asunto es sólo otro exabrupto mediatizable, otra vulneración sin dirección del crítico límite entre el delito y el arte. Independientemente de que creo que el arte no es una deidad a la que haya que permitirle todo en virtud de una supremacía, de que el contexto "arte" no disuelve la maldad, independientemente de lo horrendo que me parezca no asistir al pobre perro, esto me parece una nada. O sea, en el mejor de los casos es el típico caso de libre expresión. Y el punto es que no tenemos espacio psíquico ni real para toda la catarsis de la que es capaz la libre expresión del mundo.
Me pregunto si algo podría quedarse fuera de lo exhibible como arte. La respuesta, siguiendo el juicio de los curadores que eligen producciones como la de este ganso, es que cualquier cosa se puede nomenclar como arte. Para mí no. No creo que sea sano destinar un centavo ni unidad de energía a tomar en cuenta la obra de este tipo y la de un montón más de exhibicionistas decadentes. Alguno dirá "por lo menos nos hizo discutir, pone en evidencia algo, denuncia la idiotez de un sistema". Ser idiota no es denunciar idiotez, es enunciarla.”
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