junio 11, 2010

105 / Catálogo de juguetes

“El olor de un oso habituado a dormir en la misma cama que su pequeño amo embriaga; es el olor de ese niño y al mismo tiempo el olor universal de la infancia”, se puede leer en el texto de Sandra Petrignani. La editorial argentina La Compañía editó recientemente su Catálogo de juguetes, un libro publicado originalmente en 1988. En este libro Petrignani —una autora que tiene un destacadísimo lugar la crítica de la literatura italiana contemporánea— describe en unos sesenta breves textos los juguetes y juegos propios de los niños italianos que nacieron —como la autora— a principios de los años ’50.
Para Petrignani “hay libros que no se ajustan a la prueba del tiempo. Sobre todo, las novelas. Releer una vieja novela a menudo es insoportable para un escritor; la tentación de cambiar y reescribirla es grande. Los años pasan y uno querría expresar las mismas cosas de otra manera. Con Catálogo de juguetes, en cambio, no sucedió así. Releyendo el libro para su traducción al francés, en 1999 —ya habían pasado once años de la publicación original en Italia— me sorprendí a mí misma: sólo corregí alguna errata de imprenta, pequeñas cosas de puntuación. No necesité añadir nada”. (...) “Tengo una percepción negra de mi infancia, llena de terrores. En otros libros he escrito considerando este lado oscuro, culposo, conflictivo, también trágico. Pero el proceso de objetivación de mis emociones a través del objeto-juguete me ha permitido tomar distancia y hacer las paces con una parte de mí misma doliente y demandante. Revela Petrignani que “el juguete es inquietante de por sí, por su naturaleza, a medias entre el reino de las cosas y el reino de los ídolos. Descubrí que también tuve una infancia bella, hecha de vínculos secretos y excitantes con las cosas, de emociones escondidas y maravillosas”.
Petrignani utiliza los objetos como medio para recuperar la memoria que estaba desdibujada. Entonces, vuelve a visitarlos para explicarse algo acerca del paso del tiempo. Los juguetes son portadores de todas las significaciones posibles e intercambiables de las que se valió el hombre para resignificar continuamente su existencia. [Imagen: juguete argentino marca Matarazzo. Lata]

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