julio 21, 2008

52 / Calveyra

Anochece, cierran.
Años de tantas noches.
Ni tampoco en la página donde vanamente te he buscado.

Tu llamado irrumpió en mi sueño

como el grito de alguien
al que arrancan al tiempo sucesivo.
¿Por qué no vienes a aliviar tu vejez en un jardin?

¿ser los dos de unas tardes retiradas?
¿Ir ya por más oscuro que el jardin?
Levantarán las tres capas de silencio
y se verá el campo, el campo, el campo.

En algún
Estado de la vaca escribimos: “Todo en Calveyra es infancia. Todo en él paisaje. Ambos abismados y lo mismo: origen del mundo, la presencia de la luz, suspendida para siempre sobre el antiguo litoral de las pequeñas flores y los grandes árboles, el río que el mismo Calveyra una vez abandonó, recuperado por la palabra extensa. Así, las historias del campo: tiempo errante de las tardes de verano, lluvia demorada, el lentísimo movimiento de la vida pueblerina derramada en la infancia del paisaje y en el paisaje de la infancia.”
Una muy buena noticia: editado por Adriana Hidalgo y con una extraordinaria fotografía en la cubierta apareció el volumen que reúne su obra poética. Absolutamente imperdible.

[Arnaldo Calveyra (1929, Entre Ríos) es poeta, novelista y dramaturgo. Vive en París desde hace más de cuarenta años. En los '70 trabajó con el director de teatro Peter Brook. Entre otros textos, ha publicado
Diario del fumigador de guardia, La cama de Aurelia, El origen de la luz y Cartas para que la alegría.]

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